En cierta ocasión, tuve la oportunidad de navegar en un barco que se dedicaba a investigar las poblaciones de Ballenas Azules, estaba tan entusiasmado ya que había escuchado hablar tanto de ellas, sobre todo porque son tan enormes que la dimensión de su ojo puede llegar a tener el tamaño de una persona. Así que amarré la lata a una cuerda y la sumergí con mucho cuidado. Esperé paciente junto con la tripulación. No sólo pude apreciar esas hermosas ballenas azules sino que además unas ballenas orcas. Afortunadamente mi lata submarina logró guardar el sonido de esos seres extraordinarios.