Cajita musical roja

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Cualquier pretexto es bueno para entrar a uno de mis lugares favoritos en el centro de la ciudad donde vivo. En las calles aún se sentía el aire fresco y el sol apenas se asomaba a los pequeños edificios que, aunque no muy altos, nos cobijan con su sombra.

Esa mañana la excusa fue el regalo de cumpleaños para una amiga.

Al entrar al pequeño bazar me recibió la nostalgia, me invitó a recorrer el lugar admirando los objetos de diversos tamaños y formas.

Mientras pagaba el regalo elegido, descubrí en el rincón de una vitrina una cajita roja de plástico; por lo delgado del material pude ver que contenía algo en su interior y guiada por mi intuición, pregunte si era una caja musical. Me dijo doña Lichita que sí pero que no servía, aún así le pedí que me la enseñara. Es maravillosa pense al tenerla entre mis manos.

Es pequeña y ovalada, tiene en el centro de su tapa el dibujo de una copa de helado sobre una superficie de cuadros, la acompaña un par de palmeras, burbujas y la frase en ingles "fresh sowi". En su interior hay una división de plástico transparente a traves de la cual se puede apreciar la maquinaria musical. Despues de observar detenidamente su interior, la puse boca abajo, al lado de la cuerda hay una placa muy delgada de metal con tipografía japonesa y en el plástico está grabada la leyenda lady-Mate Japan.

Al darle cuerda descubrí que una de las piezas se atoraba con el plástico transparente, así que lo desatore y comenzó a sonar hasta que terminó la cuerda. Note que la cajita es muy vieja, como de los años setenta, por lo que pienso que tanto doña Lichita como doña Miroslava creían que jamás se vendería, como muchos otros objetos olvidados que habitan su tienda.

Me lo llevo, comente sin titubear y agregue: la cajita está en perfectas condiciones. Doña Lichita sonrió, tomó la cajita, cortó el hilo donde colgaba el precio y me dijo: Llevatela, te la regalo. No lo podía creer, pense que había escuchado mal y pregunte de nuevo ¿cuánto me dijo que era? No es nada, llevatela, te la regalo, fue la respuesta.

Sentí mucha alegría, jamás espere algo así y menos en vísperas de Navidad, mucho menos ese día en el que la tristeza me pesaba más en los hombros; me sentí dichosa en ese pequeño instante, ese gesto hizo que recordara mi niñez y sonreí. Al salir del bazar mi tristeza pesaba menos.

Este es un pequeño homenaje no sólo a doña Lichita sino a todas esas personas que de manera espontánea y con pequeños detalles te regalan minutos de felicidad sin necesidad de celebrar una fecha en especial, así como a esas manifestaciones de cariño que recibimos no sólo de las personas que amamos sino de las que jamás imaginamos; es un homenaje, además, a esos objetos olvidados por el tiempo y rescatados por nostálgicos como yo.

Autora: Gabriela G. Barrios. Lugar: Tuxtla Gutierrez, Chiapas; Mexico. Fecha: Diciembre 24 de 2008. Hora: 10:25 hrs. Equipo: Minidisc NetMD MD-N707, micrófono de construcción casera (más info)

Fecha: 2009-01-07 00:26:00


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